Suelen decir los estudiosos de Clarín que en La Regenta se salvan únicamente tres personajes, entre toda la hipocresía malvada que tiñe a los demás: el obispo Camoirán, el médico Bermúdez y el gran amigo de don Víctor Quintanar, Tomás Crespo, Frígilis. A mí solamente me cae simpático este último. Fortunato Camoirán es ciertamente bueno, pero por su indolencia no deja de ser una pieza del engranaje eclesiástico que permite que el magistral Fermín de Pas y su madre se enriquezcan a costa de la caridad de los parroquianos. El doctor Bermúdez no hace nada malo, pero tampoco nada bueno, aconseja a Ana Ozores lo que es mejor para ella por mera y pura profesionalidad. Es cierto que no presentan las características freak del donjuán Mesía, de la viuda alegre Obdulia, del basto Trabuco o el insulso marquesito, pero tampoco muestran la heroica indiferencia de Frígilis ante la sociedad corrupta de Vetusta. Le vemos, sobre todo en los últimos capítulos, desviviéndose por salvar a Álvaro Mesía de su propia falta de coraje, a Quintanar de un duelo de desenlace dudoso, en incluso a la Regenta de la miseria, a pesar de que ella ha sido la causante de la destrucción de su mejor - su único - amigo. Me cae bien el ecologista de Vetusta. Estoy loco por que pasen unos meses y releer a Clarín de nuevo.
11/08/2003
Suelen decir los estudiosos de Clarín que en La Regenta se salvan únicamente tres personajes, entre toda la hipocresía malvada que tiñe a los demás: el obispo Camoirán, el médico Bermúdez y el gran amigo de don Víctor Quintanar, Tomás Crespo, Frígilis. A mí solamente me cae simpático este último. Fortunato Camoirán es ciertamente bueno, pero por su indolencia no deja de ser una pieza del engranaje eclesiástico que permite que el magistral Fermín de Pas y su madre se enriquezcan a costa de la caridad de los parroquianos. El doctor Bermúdez no hace nada malo, pero tampoco nada bueno, aconseja a Ana Ozores lo que es mejor para ella por mera y pura profesionalidad. Es cierto que no presentan las características freak del donjuán Mesía, de la viuda alegre Obdulia, del basto Trabuco o el insulso marquesito, pero tampoco muestran la heroica indiferencia de Frígilis ante la sociedad corrupta de Vetusta. Le vemos, sobre todo en los últimos capítulos, desviviéndose por salvar a Álvaro Mesía de su propia falta de coraje, a Quintanar de un duelo de desenlace dudoso, en incluso a la Regenta de la miseria, a pesar de que ella ha sido la causante de la destrucción de su mejor - su único - amigo. Me cae bien el ecologista de Vetusta. Estoy loco por que pasen unos meses y releer a Clarín de nuevo.
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